Tras unos días en Cuisine et Santé, ha llegado la hora de volar sola y empezar a poner en práctica lo aprendido. Es ahora cuando surgen las dudas, pero poquito a poco espero ir organizandome mejor, acostumbrándome a los cambios, a asimilar que tardo el doble en comer...
Igual que la comida, todo esto hay que masticarlo bien para poder asimilarlo.
Antes de volver compré algunas verduras, entre ellas hinojo. ¿Cómo he podido vivir hasta ahora sin el hinojo? Está buenísimo, me encanta. Lastima que ya no me quedan más. Voy a investigar a ver si logro plantarlo la temporada que viene.
Lo primero que preparé, fue una sopa de hinojo, zanahoria rallada (de bote, tampoco es cuestión de tirar todo lo que se tiene en casa),
un poco de sal y agua. En el último momento le añadí tamari.
Comida para llevar a la oficina: sarraceno y nituké de cebolla, zanahoria y potimarron.
Otra versión de la sopa de hinojo: esta vez con zanahoria de verdad y un poco de merluza (estoy vaciando el congelador)
Mis primeros chapatis
Y como colofón, pastel de avena y harina de cebada con pasas y manzana. Muy rico, aunque la próxima vez lo haré un poquito más fino.
Sé de alguién a quien le ha parecido que no estaba muy dulce y le ha untado crema de chocolate negro por encima. Yo, he preferido no mirar. A ver cuando se van a acabando todas las tentaciones que hay por los armarios. Ayer salivé más que el perro de Paulov cuando abrí el congelador y vi los helados Mars. Aaayyyyy... que débil es la carne...!
...continuara...