Tras probar esta receta no he vuelto a preparar las alcachofas de otra manera. Es muy fácil y rápida de hacer, pero lo que más me gusta es que mantiene el sabor de las alcachofas ya que al pelarlas y echarlas directamente a la sartén, en su preparación no es necesaria la utilización de limón ni de niguna otra cosa para evitar su oxidación.
ingredientes
media docena de alcachofas
un poco de jamón
2 dientes de ajo
aceite de oliva virgen extra
sal maldon
elaboración
Ponemos un buen chorro de aceite de oliva en una sartén y mientras se calienta vamos limpiando las alcachofas.
Cortamos el tallo dejando unos 2.5 cm y quitamos las hojas externas hasta quedarnos con el corazón de hojas tiernas. Cortamos la parte superior eliminando la zona más oscura y pelamos el tallo.
Cortamos la alcachofa por la mitad, picamos en pluma cada mitad y lo vamos añadiendo a la sartén. Repetiremos esta operación con cada una de las alcachofas. Conviene hacerlo sin dormirnos en los laureles, puesto que si no para cuando echemos la última alcachofa a la sartén la primera ya estaría hecha.
Una vez que tengamos todas las alcachofas en la sartén subimos el fuego y las vamos salteando.
Picamos finamente los dientes de ajo y el jamón y lo añadimos a las alcachofas cuando hayan tomado un color tostado. Seguimos salteando un par de minutos más, y servimos con sal maldon y un chorrito de aceite por encima.
No sé por qué, pero a mi este plato me pide acompañarlo con roquefort o cualquier otro queso azul. Alguna explicación habrá...
A mí casi que con queso no. Jeje...
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